Hoy te hablo a tí… sí, a tí que estás leyendo este artículo con esos ojos cansados de aparentar. Vengo a invitarte a un ritual muy especial, no uno de moda, mucho menos de tendencias, sino uno de verdad. Hoy quiero que te desnudes, no te pido que te quites la ropa, porque sería demasiado fácil, tampoco te hablo de tirarte fotos atrevidas y sexy; hablo de quitarte las capas emocionales, de sacarte los disfraces que te has puesto para encajar, de respirar como eres, sin filtros ni guiones, haciendo algo verdaderamente profundo… Hablo de desnudarte frente al mundo.
Hay un momento en la vida en el que la máscara se vuelve muy pesada, el disfraz que usamos a diario empieza a rasgar nuestra piel, y el silencio suena más que cualquier grito. Es en ese instante que el alma nos susurra “Desnúdate ahora” del deber ser así, de ese personaje que has aprendido a interpretar con tanta dedicación. Desnúdate de las apariencias, de aquella perfección calculada, del maquillaje emocional que llevas cada día. Desnúdate de esos “tengo que” y de tanto “debo parecer”, porque la vida no se trata de aparentar, de mostrar tu cuerpo, sino de abrir tu corazón, de dejar salir tu ser. Se trata de proyectar tu luz, de ensen̈ar tus sombras, tus miedos e imperfecciones sin temor al qué dirán. Aprender a respirar, ser una persona auténtica, no grosera, si es lo que te da miedo. Desnudarte frente al mundo no es un acto de debilidad, más bien uno de valentía radical, es darte la oportunidad de reconocer tu humanidad, con grietas, con sueños, con contradicciones, con defectos, errores…es permitirte ser vista tal como eres, y aun así, amarte y poder ser amada..
Cuando te despojas de todo lo que no eres, de lo que no quieres ser, descubrirás quién eres en realidad. Cuando dejas de actuar para los aplausos ajenos, aparecerá tu propia esencia, bailarás tu propia música. Y es allí que entonces, sucederá algo mágico, porque no tendrás que fingir más, dado que ser tú será suficiente. Debes saber que las apariencias son disfraces cosidos con hilos de expectativas que asfixian, pero en el momento en que los dejas caer, sentirás el aire sobre la piel de tu alma. Ahí, donde nadie te aplaude ni te juzga, es donde empieza la verdadera libertad, y es en ese lugar donde debes buscarla..
Imagina que te desnudes capas tras capa por un minuto, de esas preocupaciones de: “Tengo que”, “Debo parecer”, “Debo mostrar” “Debo demostrar” “¿qué dirán?” y ¿Qué van a pensar? De pronto te encuentras con algo frágil, sí… pero también hay algo invencible, y eso eres tú, sin traducciones, ni filtros, tal como eres, y como siempre debe ser. Sin medirte en las reglas de los demás, sin compararte con otras, ni verte desde los ojos ajenos, porque en un mundo que te exige portar máscaras, saber fingir, dibujar sonrisas, ocultar tus carencias, desnudarte, créeme es un acto revolucionario.
No tienes que ser perfecta para merecer amor y lograr grandes cosas en la vida. No tienes que estar completa para empezar, sólo basta con presentarte tal como eres y quedarte ahí, firme, aunque tiemblas por dentro, pero te quedas firme. ¿Sabes qué pasará cuando empieces a hacerlo? Te explico, al principio sentirás miedo, te sentirás rara, parecerá que te quedes sin protección… pero después, poco a poco, llegará una calma enorme, una satisfacción inexplicable, porque te darás cuenta que no estabas rota, que no estabas mal como te lo hicieron creer… sólo estabas oculta, escondida, perdida en medio de tanto personaje. Y gracias a aquella invitación, pudiste encontrarte.
Sé que ser auténtica frente al mundo puede ser un reto, pero no es un defecto, es tu mayor fortaleza. así que hoy, mírate al espejo sin adornos y háblate sin rodeos. Abraza tus cicatrices como parte de tu historia, suelta tu envoltura, dejanos ver tu contenido, permítenos apreciar tu belleza, porque solamente cuando te despojas de lo que no eres, podremos ver lo que siempre fuiste un ‘’luz, fuerza de vida”. Desnúdate amor… no para que otros te vean, sino para verte tú. Desnudarte emocionalmente para recuperar tu fuerza, tu paz y tu identidad. Para descubrir que, debajo de todo, siempre fuiste muy valiente y muy hermosa. Esta no es una petición cualquiera que te hago hoy, es una manifestación para hacer que tu voz deja de esconderse, que tus cicatrices no se vean más como una mancha ni vergüenza, sino como mapas para guiarte a tu destino, y que tu autenticidad sea el medio de transporte para llegar.
Vamos, hazlo aquí y ahora, en este mismo instante… atrévete, no estas solo (a), mientras que tomes conciencias, mientras que te desnudes del miedo, de las acusaciones y calificaciones del mundo, repite esta oración:
Soy suficiente.
Soy una persona digna.
Soy un ser hermoso
Soy amor
¡Respira hondo! Lo lograste.
Tee abrazo campeon (a)